top of page
Buscar

SI TU 'MAE' NO TIENE CURA...

  • Foto del escritor: Carlos
    Carlos
  • 22 oct 2019
  • 3 Min. de lectura

No era época de tomates, por eso no tenían. No era época de tristeza tampoco...



Qué fácil hubiera sido convertir esta entrada en una opinión acerca del sistema político que en Cuba se instauró hace tiempo, hubiera sido fácil, al igual que es para ellos hablar del mismo, hubiera sido igual de fácil acabar con todos los prejuicios, hablar del Ché, de Fidel, de una revolución que comenzaron unos estudiantes y que consiguió un apoyo incondicional allá por 1959 (no ahora, por supuesto), hablar del bloqueo que hace que nunca se sepa si algo puede o no funcionar, hablar de la poca libertad que tiene este pueblo, sin tener en cuenta la “nuestra” que te deja elegir entre pagar a plazos o al contado, pero siempre y cuando pagues, y si puede ser más que menos, mejor. Hubiera sido simple hablar del colonialismo, de sus sentimientos de pertenencia o repudia, o hubiera sido mucho más fácil hablar de playas, puros, rones, montañas, almendrones, salsa, langostas y clichés cubanos publicitarios que siempre calan y llegan bien al público anodino.


Pero, como no os considero ese tipo de público, vamos no sé si sois público, es más, no sé siquiera si hay gente leyendo esta mierda, os contaré otra cosa, os contaré algo que aprendí en este país. Nada nuevo, pero importante.


Parecía que ya no sé podía más, parecía que ya se había llegado suficientemente lejos o que ya se había hecho buen esfuerzo, pero algo intrínseco a la isla, algo que mi imaginación relacionaba al espíritu cubano, a priori sin ningún motivo, venía a mi mente y a la de mi compadre José David recurrentemente.


Cuando ya parecíamos haber conseguido algo o cuando ya parecía que no lo íbamos a conseguir, un poquito más.


Cuando por cansancio no te apetecía, un poquito más.


Sin ganas de bailar o con todas las del mundo, un poquito más.


Con barro, calor y algo de hambre, un poquito más.


Con o sin bloqueo, solos o con apoyo, un poquito más.


Tras guerras, hambre y falta de libertades, un poquito más.


Y este `un poquito más´, lo más sorprendente, es que nos dimos cuenta que no viene ni venía de Cuba, que aunque el ambiente, la situación y sus gentes ayudaban, nosotros solo reafirmamos las ganas que traíamos de La Asomada y de Villacañas. Que aunque nuestro origen fuera humilde y con ciertos límites, siempre habíamos encontrado ese poquito, al igual que un cubano, asediado por colonias, regímenes y bloqueos internacionales y supremacistas, siempre encontraba el poquito en cuatro notas, unas gotas espirituosas y un par de cuentos, como ellos decían, más o menos graciosos.


Aunque viene bien ver y buscar cosas nuevas, aunque es la ostia sentir que ese nuevo paso lo marca otro ritmo, otra sociedad y otra aventura, piensa y mira, antes de todo esto, a ver si vas por ahí con el “poquito” o ya encontraste aparcamiento hace tiempo.


P.D.: este “un poquito más” debe aplicarse con mucho cuidado cuando se habla de mojitos, ron, cancháncharas, puros habanos, etc. Aquí, y en nuestro caso, trabajaríamos con el un “poquito poquito más” (si no lo tiene claro consulte con su camarero).


P.D.2: a este redescubrimiento de filosofía barata al que llegamos, súmale, una isla sorprendente, llena de cositas normalmente agradables, de enseñanzas, de historia y de música. Pero, y sobre todo, llena de gente normal (que ya va quedando poca), gente sin prisa, sin preocupación, sin quejas y más quejas, y gente que comparte, pero que comparte las cosas más importantes que creo se pueden compartir: pensamientos, historias, anécdotas, miedos, ilusiones, alegrías… y algunos tragos de ron.


Pa’ los muertos!


Comments


MondoRedondo

Soy yo, al que abres la puerta cuando dice esto mismo.

 

Read More

 

Join my mailing list
  • Facebook - círculo blanco
  • Instagram - Círculo Blanco
  • YouTube - círculo blanco

Gracias a mi familia y amigos, que tienen el poder y lo transmiten.

bottom of page