JET LAG

El jet lag y sus síntomas. Lo que nunca han contado en "Saber Vivir".

Probablemente a estas alturas de la vida, gracias a tu propia sapiencia, a Google y a toda la información que proporcionan los cuñados de este nuestro mundo, sepas que es el jet lag. A estas alturas sabes porqué, cómo y hasta cuándo, e incluso te hayan hablado de algún truquillo para combatirlo (leche de burra, baba de caracol, pezuña de jabalí...).Pero a mí, a mí aún me cuesta, y mucho, pronunciarlo y sobretodo entenderlo.

Y es que es raro, porque todos los estudios de las universidades que había leido relacionados con este tema (Wisconsin, Arkansas, Iowa, Torrelodones y hasta Villatobas) comentaban que el jet lag afecta al sueño, a tu regularidad intestinal, concentración, energía, vitalidad y demás características físicas, pero nadie habló ni hablaba de la vuelta, de los cambios o de que todo este igual, del perderse, nadie hablaba de la morriña, saudade, o como quieras llamarlo, nadie habló ni hablaba de que cuando vuelves no hay sólo unas horas de diferencia.

Y creo que sería eso, porque lo del sueño y el hambre se soluciona rápido, lo de tu gente aún más, y lo de salir de fiesta abarca las otras tres cosas casi a la vez.

Ahora, lo del reencuentro entre alma y cuerpo, el reencuentro entre estos dos pasajeros que traían el mismo billete pero volaban en distinto avión, ya es otra cosa. Creo que ahí entendí el jet lag, ahora entendía en que consistía, ahora entendía aquella lectura: el cuerpo viaja primero, el alma llega después.

Y no es que se vuelva mejor ni peor, cambiado o no, más adulto o más aventurero, se vuelve igual que te fuiste (en el mejor de los casos) pero con ideas, percepciones y expectativas altas, tanto que a lo mejor se te hacen bola al principio. Se vuelve con miedos y sentimientos que no estaban allí, y claro, idealizas. Y dices, pues me vuelvo, y de nuevo creas todo estas ideas del lugar en el que no estás, de nuevo viajaría tu cuerpo allí, y tu alma se quedaría con lo que quiere y ha querido siempre, y por mucho más tiempo aquí, de nuevo tu lugar ideal no sería aquel.

Entonces que extraño, a cualquiera que le expliques el jet lag te dirá que se va en unos días, pero no, tarda algo, o tardará, y no por la gente, que esa te regula rápido, sino por todo lo que te faltaba allí y cuando llegas te das cuenta que o te sigue faltando o no rellena el hueco.

Que el cuerpo viaja primero, y el alma llega después, que vas a seguir siendo tú, el de toda la vida, que un viaje no te hace pasar de ser la última mierda que cagó Pilatos a ser el Bayern Leverkusen. Que al final sólo es esa cosilla en la cabeza, al final es como cuando llegas a la cama con el mareillo después de una noche de desenfreno, que no sabes si ponerte de pie, dormirte o sacar el pie para tocar ambas realidades.

Que a fin de cuentas, depende de cada cuál, de la paciencia que tengas por tu alma, del nivel del mareo de la noche anterior y de como lleves la resaca, pero mejor por si acaso y por si da muchas vueltas al principio, saca el pie un poquito.